miércoles, 13 de julio de 2022

DIARIO DE UNA INGENIERA AGRÓNOMA: ENTREVISTA A LA M. EN C. MARGARITA ARACELI ZÁRATE AQUINO


Tuve una niñez difícil, provengo de una familia con unos padres de origen oaxaqueño, los cuales no habían tenido la oportunidad de estudiar y se vieron en la necesidad de venir a la Ciudad de México a encontrar mejores cosas, y aquí fue donde ellos se conocieron. Tuvimos la mala fortuna de perder a nuestro papá cuando yo tenía 14 años, entonces prácticamente crecimos con mi mamá, por lo mismo de que éramos muchos, y éramos pobres, mi mamá siempre fue la de carácter duro, la que siempre mantenía con mucha disciplina, y mi papá era un papá ausente, porque todo el tiempo se iba a trabajar.

A mí me gustaba mucho jugar pues… juegos de niños, a la pelota, a los soldados, era muy buena en las canicas, al trompo y a pesar de que tenía tres hermanas, siempre preferí estar con mis hermanos, yo recuerdo mucho que había un momento donde éramos como 20 niños jugando en la casa, en diciembre mi papá podía estar un poco más con nosotros, entonces siempre durante las posadas estábamos juntos desde las piñatas, armar la piñata, vestir la piñata, y pues las posadas era juntar a todos los niños y era una algarabía.

M. en C. Araceli Zárate

Cuando era pequeña quería estudiar matemáticas, me encantan las matemáticas y la física y aunque eso fue siempre mi sueño, no lo pude realizar, mi hermana mayor influyó mucho en ello. Mis papás no influyeron en la carrera, pero mi papá siempre me dijo que estudiara porque él no pudo hacerlo.

Yo estudié en la Prepa 8, y en ese momento no había tanta información como ahora, sólo te daban un folleto sobre las carreras que había. Al tener limitaciones económicas, a la hora de escoger la carrera, yo quería una que me permitiera conocer otros lugares, y las matemáticas no lo iban a permitir, así que decidí estudiar Ingeniería Agrícola, pero lo que nunca le dije a mi mamá es que no se impartía en Ciudad Universitaria, ella tenía que cuidar sola a siete hijos y plantearle que yo quería irme a estudiar lejos, fuera de casa, fue realmente complicado, cuando le dije que esa carrera estaba en Cuautitlán (Estado de México) ya no le agradó la idea y me obligó a poner otra carrera, así que tuve que elegir Arquitectura, siempre discutí con ella de esto, pero le dije que apenas cumpliera 18 años, yo realizaría los trámites para cambio de carrera, y así lo hice.

No estudié en Cuautitlán, estudié en el Colegio de Postgraduados (COLPOS), que en ese entonces aún pertenecía a la Universidad Autónoma Chapingo, y fue gracias a que yo tenía un cuñado que fue el que convenció a mi mamá de esto, porque estaba realizando su maestría y tenía una asesora que era maestra ahí, y me comentó que era mejor estudiar la carrera que yo quería en Chapingo y no en la UNAM, así que terminé ahí en Ingeniería Agrónoma.

Durante mi carrera tuve profesores que me dejaron huella, como la profesora Ernestina Cedillo que impartía la materia de Botánica General, ella era muy joven, yo creo que estuve dentro de sus primeros grupos, era una persona muy entusiasta y la forma en que me acercó a mí a la Botánica realmente hizo enamorarme de las plantas. La Mtra. Bertha Rodríguez me dio la clase de Botánica Taxonómica, realmente eso me hizo decidir que me gustaba la carrera y además decidir la especialidad que fue Fitotecnia.

Hubo un profesor que ya no recuerdo su nombre, pero era peruano, tuve la oportunidad de tomar todas sus materias y fue algo que a mí me encantó, de hecho me gustó que al final de la carrera el profesor me ofreció trabajo, pero bueno yo ya tenía mi beca para estudiar la maestría, así que dije que no.

Actualmente llevo 15 años en el Jardín Botánico del Instituto de Biología de la UNAM, donde superviso, coordino y doy mantenimiento a las colecciones, pero antes de trabajar aquí, en 1992 colaboré en la inauguración del UNIVERSUM, Museo de las Ciencias, junto con el Dr. Robert Bye; después de su inauguración realicé diversos proyectos como talleres para niños y cursos para adultos, y gracias a esto el jefe del Jardín me llamó para que trabajara aquí y ahora soy la técnica académica responsable del Arboretum.

Es más que obvio que tengo pasatiempos, me gusta realizar manualidades como bordar y tejer; me gusta cuidar mis plantas, no sólo aquí en el Jardín, también tengo mis plantas en casa; además me gusta leer, entre mis libros favoritos están El falso testamento y Cien años de soledad. En un futuro me gustaría realizar la publicación de manuales para los estudiantes de Biología, para que les ayude con el reconocimiento de los ejemplares del Jardín Botánico.

Esto es lo que soy y lo que quiero que los demás vean en mí, sólo quiero agregar que creo que lo único que México necesita es educación, darle educación a toda la población, darle educación a los pueblos indígenas para que puedan tomar mejores decisiones, mejorar la educación en las ciudades, en todo nivel, tratando de que todos los jóvenes estudien. A mí me da mucha tristeza ir por la calle y ver a los jóvenes que están limpiando parabrisas, que están vendiendo cosas en las esquinas y seguro pienso que esos jóvenes deberían de estar estudiando.

 A ti como lector joven, te digo que estudies porque actualmente tienen mucha facilidad para acceder a la información, pero deben ser cuidadosos y responsables, porque hay mucha información falsa. Estudiar es lo mejor que hay, les abre el mundo, esfuércense en estudiar porque así como a mí me cambió la vida, a ustedes también les puede cambiar, y siempre hay que allegarse a personas que ayuden a nuestra formación, hará que podamos tomar las mejores decisiones, y sí, yo sé que estudiar no es fácil, pero vale la pena.


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*Esta narración se realizó con base en la entrevista realizada a la M. en C. Margarita Araceli Zárate Aquino, el día 30 de agosto de 2019 por Paola Yised Torres Arroyo. Corrección y revisión de estilo por Agustín Guzmán Melchor. Coordinadora y editora: M. en D. Salma Gómez Ibarra.  





<a rel="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by-nc/4.0/"><img alt="Licencia Creative Commons" style="border-width:0" src="https://i.creativecommons.org/l/by-nc/4.0/88x31.png" /></a><br />Esta obra está bajo una <a rel="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by-nc/4.0/">Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial 4.0 Internacional</a>.

sábado, 30 de abril de 2022

Estudios interdisciplinarios sobre la ciencia a favor de ‘una sola Tierra’

Estudios interdisciplinarios sobre la ciencia a favor de ‘una sola Tierra’

Francisco Vergara Silva (Laboratorio de Teoría Evolutiva e Historia de la Ciencia, JB-IBUNAM)

Entrada para blog del Jardín Botánico del Instituto de Biología, UNAM

Día Nacional de los Jardines Botánicos, abril 2022

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Dumbarton Oaks es una institución asociada a la Universidad de Harvard, dedicada a la investigación histórica e interdisciplinaria, con sede en Washington, D. C. (Estados Unidos de América)1. Los temas cultivados en Dumbarton Oaks están relacionados con las colecciones atesoradas por sus fundadores, Robert y Mildred Bliss, quienes eran coleccionistas de arte y patronos de las humanidades durante la primera mitad del siglo XX. La propiedad está localizada en la zona de Georgetown, no muy lejos de la Casa Blanca; su historia se remonta a principios del siglo XVIII. La casa fue adquirida por la pareja Bliss en 1920, después de haber tenido múltiples dueños en décadas posteriores, quienes hicieron las primeras ampliaciones del edificio original. Veinte años después, Harvard recibió la casa para su administración como institución académica, hasta la fecha.2

La primera colección de los Bliss se especializó en el periodo bizantino de la historia. Más tarde, se sumaron colecciones sobre la época precolombina, y un área de investigación en Estudios de Jardines y Paisaje. Estas líneas de trabajo son particularmente compatibles con los aspectos arquitectónicos de Dumbarton Oaks y que le caracterizan como un centro de estudios, pero también como una atracción turística: además del museo, la biblioteca, y los distintos edificios administrativos y de colecciones, están sus jardines, que han recibido premios (por ejemplo, el otorgado por la revista National Geographic en 2014 como uno de los diez mejores jardines del mundo) y son un componente importante de su prestigio. Como sería de esperarse, la institución recibe miles de visitantes al año, además de proporcionar atención a los investigadores que consultan y estudian sus acervos.3

En marzo de 2021, Dumbarton Oaks lanzó (en versión beta) el ‘Plant Humanities Lab’, como un “espacio digital innovador que apoya el estudio interdisciplinario de las plantas desde las perspectivas de las artes, ciencias, y humanidades, para explorar su extraordinario significado para la cultura humana”.4 Este laboratorio digital, y el equipo que lo sigue desarrollando, son coordinados y dirigidos por Yota Batsaki, doctora en literatura comparada (también egresada de Harvard).5 El antecedente más significativo de la ‘Dumbarton Oaks Plant Humanities Initiative’, a la cual pertenece este laboratorio, ha sido el simposio (realizado en 2013) sobre “La Botánica del Imperio en el Largo Siglo Dieciocho”. Este evento llevó a la publicación en 2017 de un volumen editado por Batsaki, Sarah Burke Cahalan y Anatole Tchikine, con el mismo título.6 En 2018, Batsaki y su colega Alex Humphreys, de los Laboratorios JSTOR en ITHAKA (importantes desarrolladores de herramientas para la digitalización y análisis computarizado de contenidos académicos7), publicaron un buen resumen sobre el proyecto en el blog de Scientific American8. Algunas otras comentaristas, como Maura Flannery, recientemente han expuesto algunos de los vínculos posibles entre la etnobotánica y las ‘plant humanities’.9 Dada la importancia de los estudios etnobotánicos en el Jardín Botánico del Instituto de Biología de la UNAM, éste es un tema que valdría la pena abordar con detalle en otra ocasión.

Ahora bien, ¿cómo traducir ‘plant humanities’ al español? Aquí propongo, en primer lugar, la manera directa, que sería ‘humanidades vegetales’. También sugiero un neologismo sintético, más semejante a la frase inglesa original: ‘plantumanidades’ (sin escribir la ‘h’, especialmente porque esta letra no juega un papel fonético indispensable en la nueva palabra propuesta). Esta aclaración sobre traducción da pie a que profundicemos un poco en la descripción de otros aspectos de estos interesantes proyectos en Dumbarton Oaks, a la par que reflexionamos sobre la relación que éstos guardan con otras tradiciones de estudios interdisciplinarios sobre la ciencia –y con algunos de mis proyectos de investigación en ese campo– teniendo la idea de ‘una sola Tierra’10 como telón de fondo.

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En referencia a su trabajo colaborativo dentro de Dumbarton Oaks, Yota Batsaki ubica el origen y alcances de las ‘plantumanidades’ de la siguiente manera:

“Nosotras acuñamos el término (…) para enfatizar la importancia de los modos humanísticos de interpretación en la investigación académica de las plantas y sus interrelaciones con los humanos. El término abarca aspectos de las humanidades ambientales y los estudios críticos sobre plantas, así como otras disciplinas, incluyendo la historia académica tradicional, la historia del arte, la historia de la ciencia, y los estudios indígenas.”11

En 2021, como parte de las actividades del correspondiente Día Nacional de los Jardines Botánicos, presenté un breve resumen de las perspectivas generales de las ‘humanidades ambientales’, especialmente en el contexto de las problemáticas de investigación ligadas al ‘Antropoceno’12. Al final de esa ponencia, yo comenté lo siguiente:

“Los jardines botánicos asociados a universidades podrían incorporar, en sus actividades de investigación y difusión/divulgación, algunos elementos analíticos proporcionados por las humanidades ambientales para intervenir en la discusión actual local/global sobre el Antropoceno, con el objetivo de contribuir a que desde dichos espacios académicos se aporten soluciones a los retos que entraña esta nueva etapa del sistema planetario”.

Aunque no lo mencionan de manera explícita, Yota Batsaki y colaboradores hacen una alusión directa a las crisis ambientales actuales, y por tanto al Antropoceno –por ejemplo, cuando se refieren a la época actual como “un tiempo en el que dos quintas partes de las especies vegetales están en riesgo de extinción”13. Como se consigna en el sitio web –edición 2022– del Programa Ambiental de las Naciones Unidas14, el lema de ‘una sola tierra’ entraña ideas sobre sostenibilidad y modos de vida locales y globales, armónicos con la naturaleza, que suponen una conciencia clara sobre la gravedad de los problemas ambientales actuales. Este entendimiento es compartido por Batsaki y su equipo interdisciplinario en Dumbarton Oaks, según podemos leer en los resultados ya disponibles de su iniciativa sobre humanidades ambientales especializadas en plantas.15

Asimismo, Batsaki y colegas hacen eco de un reconocimiento que usualmente le escuchamos decir a los botánicos y otros estudiosos de la biodiversidad, en cualquier país (“los científicos están en una carrera contra el tiempo para registrar y proteger tantas especies como sea posible”). Este mensaje también está en resonancia con las llamadas de atención sobre el Antropoceno como tema de investigación multi-, inter-, o incluso transdisciplinaria.16 Más aún, cuando leemos algunas de las primeras 15 ‘historias sobre plantas’ presentadas por el ‘Plant Humanities Lab’, no hay duda de que la historia de la ciencia –sin duda, expandida en sus metodologías, gracias al uso de herramientas digitales de diversos tipos– ocupa un lugar especial.

Ya sea en el caso de las narrativas sobre la yuca, su domesticación y su distribución global actual17, o bien el caso de las múltiples especies de coníferas conocidas como arbor vitae por exploradores europeos del siglo XVII, con potencial curativo para el escorbuto de acuerdo con el conocimiento local Ojibwa18, queda demostrado que la información documental histórica es fundamental para el ensamblaje de textos sobre ‘plantumanidades’, y para la construcción de redes de conexiones entre las perspectivas disciplinarias que los conforman. El carácter verbal-gráfico e interactivo de cada una de estas narrativas en ‘humanidades vegetales’ tiene que experimentarse para comprenderse de modo cabal, y también para sugerir nuevas ‘historias plantumanísticas’ que hablen más acerca de “la movilidad global de las plantas en el contexto de sus significados económicos, estéticos, medicinales, culinarios, políticos y culturales”.19

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¿Es posible pensar en proyectos en ‘plantumanidades’ en el JB-IBUNAM, desde mi especialidad en historia de la ciencia? Considero que sí. En primera instancia, me atrevería a sugerir que el trabajo que hemos iniciado recientemente alrededor del archivo histórico de Helia Bravo, la ‘primera botánica mexicana’ y definitivamente la especialista mexicana en cactáceas más notable del siglo XX, nos depara sorpresas en este sentido.20 De entrada, el abundante archivo fotográfico que hemos comenzado a analizar, junto con Jorge Saldívar y su estudiante de servicio social Gabriela Mancillas, y con el apoyo de Salvador Arias desde la Jefatura del JB, nos llevará a preguntarnos sobre –sólo por mencionar tres temas– (i) las relaciones entre las tecnologías fotográficas del momento en que investigaba Bravo; (ii) el proyecto de una ‘flora cactológica nacional’ en el contexto de los imaginarios institucionales de la incipiente botánica universitaria; y (iii) las características y vicisitudes del trabajo de campo en épocas donde la biodiversidad mexicana apenas estaba siendo re-explorada en un contexto post-novohispano. Temas como éstos serán abordados, desde distintas perspectivas, como parte de mis trabajos colaborativos en el IBUNAM a lo largo de la década previa al centenario de la institución, a conmemorarse en 2029.

Mientras tanto, la visita académica de la historiadora Marlis Hinckley al JB-IBUNAM en 2022-2023, como parte de su proyecto doctoral sobre “Jardinería y Botánica en el Imperio Español (1570-1650)”, financiado por una beca Fulbright y auspiciado por la Universidad Johns Hopkins (en Baltimore, Maryland), nos dará la oportunidad de intercambiar puntos de vista con ella sobre las técnicas de investigación y de escritura dentro de esta nueva y estimulante configuración interdisciplinaria que son las ‘humanidades vegetales’ o ‘plantumanidades’. Hinckley tiene actualmente una afiliación como ‘junior fellow’ en Dumbarton Oaks21, así que seguramente tendrá muchas observaciones agudas para nosotros, en este sentido.



Una de las páginas iniciales en el portal de internet de Dumbarton Oaks. Fuente: https://www.doaks.org/about


 Portada del libro “The Botany of Empire in the Long Eighteenth Century”, editado por Yota Batsaki, Sarah Burke Cahalan, y Anatole Tchikine, y publicado por Harvard University Press en 2017. Fuente: https://news.harvard.edu/gazette/story/2016/08/beauty-inside-and-out/




Página de inicio en el portal web del Plant Humanities Lab (una colaboración entre Dumbarton Oaks y JSTOR Labs, con financiamiento de la Andrew W. Mellon Foundation). Fuente: https://lab.plant-humanities.org/




Presentación de Yota Batsaki en el portal web de Dumbarton Oaks. Fuente: https://www.doaks.org/about/leadership/yota-batsaki




Jorge Saldívar y Gabriela Mancillas durante una revisión de los materiales del archivo histórico de Helia Bravo Hollis (Laboratorio de Cactáceas, JB-IBUNAM, abril de 2022). Fuente: Archivo fotográfico de investigación de Francisco Vergara Silva.



1 https://www.doaks.org/

2 https://www.doaks.org/about

3 https://www.doaks.org/about/history

4 https://harvardlibrarybulletin.org/introducing-plant-humanities-lab; https://lab.plant-humanities.org/

5 https://www.doaks.org/about/leadership/yota-batsaki

6 https://news.harvard.edu/gazette/story/2016/08/beauty-inside-and-out/; https://www.hup.harvard.edu/catalog.php?isbn=9780884024163

7 https://www.ithaka.org/people/alex-humphreys/; https://www.ithaka.org/

8 https://blogs.scientificamerican.com/observations/how-have-plants-shaped-human-societies/

9 https://herbariumworld.wordpress.com/2022/03/14/ethnobotany-and-the-plant-humanities-in-the-future%EF%BF%BC/

10 “Una sola tierra” es el lema principal del Día Mundial del Medio Ambiente en 2022: https://www.unep.org/es/noticias-y-reportajes/comunicado-de-prensa/una-sola-tierra-sera-el-tema-del-dia-mundial-del-medio

11 https://harvardlibrarybulletin.org/introducing-plant-humanities-lab#:~:text=We%20coined%20the%20term%20%E2%80%9Cplant,and%20their%20entanglement%20with%20humans

12 https://www.youtube.com/watch?v=-YVakuN42dw

13 https://harvardlibrarybulletin.org/introducing-plant-humanities-lab

14 https://www.unep.org/

15 https://lab.plant-humanities.org/

16 https://www.wiley.com/en-us/The+Anthropocene%3A+A+Multidisciplinary+Approach-p-9781509534593; https://iiraorg.com/; https://journals.sagepub.com/doi/abs/10.1177/2053019617738099

17 https://lab.plant-humanities.org/cassava/

18 https://lab.plant-humanities.org/arbor_vitae/

19 https://harvardlibrarybulletin.org/introducing-plant-humanities-lab

20 https://plants.jstor.org/stable/10.5555/al.ap.person.bm000001007; https://blog.biodiversitylibrary.org/2019/03/helia-bravo-hollis.html

21 https://www.doaks.org/about/fellows/marlis-hinckley

viernes, 11 de febrero de 2022

DIARIO DE UNA BIÓLOGA: ENTREVISTA A LA DRA. ESTELA SANDOVAL ZAPOTITLA


Nací un 21 de diciembre de 1959, aquí en la Ciudad de México, vivía en el centro de la ciudad con mis padres. Me gustaba jugar con las muñecas y casas que yo misma hacía decorando cajas de zapatos… Me divertía mucho diseñando y vistiendo a mis muñecas. Recuerdo también que no tenía ni la más mínima idea de qué quería ser de grande, pero con el paso de los años, en mi último año de bachillerato en el Colegio de Ciencias y Humanidades plantel Sur, entendí y descubrí que ME GUSTABA LA BIOLOGÍA, y por casualidad, aunque digo yo que no existen las casualidades, fue como terminé aquí.


Me queda claro que el ser bióloga fue gracias a la influencia de mi padre aunque, claro, no lo supe hasta después. Mi padre fue un comerciante de flores en el Mercado de Jamaica, desde que inició el mercado, hace muchos años, y siempre me llamó mucho la atención ese amor tan fuerte que tenía por las plantas, y cuando era más grande comenzó a cultivar de manera empírica, porque no tenía conocimientos del tema.


Dra. Estela Sandoval
Ese amor con que trataba las plantas, con que le hablaba a las flores y las cuidaba todos los días pues yo lo veía, muchas veces no entendí por qué lo hacía, pero me compartía el sentimiento, y eso influyó a la hora de escoger qué quería estudiar, de hecho yo busqué como tesis de licenciatura hacer algo de Horticultura, buscando hacer esto que mi papá hacía.


Al estudiar Biología en la Facultad de Ciencias de la UNAM, me quería especializar en biología marina, pero durante la carrera me invitaron junto con un grupo de estudiantes a un buque de la UNAM de Jacques Yves Cousteau; cuando viví y experimenté ahí lo que era la Biología Marina ya no me agradó tanto por algunas cosas que implicaba, como moverme de la ciudad, y era algo que yo no quería, así que me fui a la botánica, que es algo que me encanta, y yo creo que si volviera a estudiar otra carrera, volvería a elegir la Biología y la Botánica sin dudarlo, aunque creo que hace falta mucha difusión para comprender qué hacemos y la importancia de lo que hacemos, ya sea un biólogo o cualquier otro científico, porque cuando le cuento a la gente lo que realizo, siempre se quedan impresionados porque no sabían del tema. 


Durante mi carrera tuve varios profesores que influyeron en mi trayectoria académica, como la Mtra. Tony Aladro en la materia de Protozoología, me gustó mucho su manera de cómo impartió la materia, eso lo recuerdo muy gratamente; también la Mtra. Rosario, aunque ya no recuerdo su apellido, pero me impartió la materia de Bioquímica, no entendía nada de Bioquímica, me costaba mucho trabajo; sin embargo, me puse a estudiar casi todas las noches, a darle, darle y darle, y terminé con aprobatoria de 10, esa maestra influyó en mí, porque me mostró que con esfuerzo y disciplina sales adelante, me mostró que necesitaba estudiar más.


Por último, pero no menos importante, el Dr. Hermilo Quero, porque él fue el que me invitó a formar parte del personal del Jardín Botánico,  aunque yo no tenía idea de lo que me estaba invitando, pero acepté su invitación y heme aquí después de 37 años como responsable del Laboratorio de Apoyo a la Investigación, donde se realizan estudios de Anatomía Vegetal, mi parte favorita del trabajo es que tengo la oportunidad de recibir personas para su formación en tesis de licenciatura y maestría, y en apoyo a tesis de doctorado, y eso me gusta mucho, contribuir a la formación de las personas, académica y personalmente.


Tengo pasatiempos como todos los demás, no sólo me dedico a la Biología, medito, hago deporte, específicamente atletismo; también me gusta la costura, salir al campo y viajar. En mis tiempos libres leo, me gusta la literatura de autoayuda, es decir, la de desarrollo personal, autosuperación, etcétera. En un futuro, si tengo oportunidad de escribir un libro, lo haría, pero no con un tema relacionado a la Biología, aunque he sido partícipe de la creación de algunos libros relacionados a esta área.


Ésta soy yo, y sólo me queda decirte algo, a ti que estás leyendo esto. Creo que México necesita más reconocimiento, más importancia a la investigación, y hacer un enlace entre la ciencia y la vida cotidiana.


Quiero que sepas que yo creo que lo más importante es mmm… no cuánto hiciste, sino a cuántas personas apoyaste para poder seguir avanzando, y que servir a otros es importante, porque si no trascendemos lo que nosotros hemos aprendido a través de nuestra experiencia, pues de nada sirve,  porque se pueden quedar libros, artículos, tesis, lo que quieras, pero en cambio si abrimos las puertas de nuestros espacios de trabajo a recibir más gente, de alguna manera dejaremos más que dejar un libro en un estante.


Este oficio de la investigación es muy bondadoso y lleno de riquezas, al menos la biología es muy rica en experiencias y sensación; yo te invito a explorar esta carrera, porque el contacto con la naturaleza nos da otro tipo de riquezas. 


Y tú, que eres joven y no sabes qué quieres ser de grande, los científicos no somos seres que tengamos algo en particular, especial, que tú no tengas, y varios autores dicen “si yo pude, tú también”. Sólo debes tener disciplina y constancia. 


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*Esta narración se realizó con base en la entrevista realizada a la Dra. Estela Sandoval Zapotitla el día 12 de agosto de 2019 por Paola Yised Torres Arroyo. Corrección y revisión de estilo por Agustín Guzmán Melchor. Coordinadora y editora: M. en D. Salma Gómez Ibarra.  




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