miércoles, 6 de septiembre de 2023

Diario de una Bióloga: Entrevista a la Biól. Sandra Nayeli González Mateos

 

Nací el 12 de enero de 1974, aquí en la Ciudad de México. Mi niñez fue muy divertida, fue amorosa, me la pasé bien. Desde niña estudié aquí en la ciudad, pero yo vivía en el Estado de México, así que hasta terminar la primaria, todos los días realizaba ese largo viaje… En esos años el Estado de México seguía siendo un campo, me gustaba andar en bici, jugar con mis dos hermanas mayores, y con mis primos, por supuesto. Íbamos a “Espejo de los Lirios” todo el tiempo a jugar en la naturaleza.

Recuerdo que cuando era chiquita yo soñaba estudiar Arqueología, como que me imaginaba ir de excursión con mi sombrero y mis botas, irme a otro lugar y descubrir cosas. Aunque dice mi mamá que yo ya tenía desde siempre por ahí un como un… espíritu de investigar, de hacer experimentos, porque dice que yo hacía combinaciones extrañas con cualquier cosa que me topara, las guardaba en un frasco y las escondía debajo de mi cama, y cada que ella los encontraba me regañaba un poco.

Al final decidí estudiar Biología porque me gustan las plantas, siempre me gustaron, también porque mi hermana mayor estudió para ser Química Fármaco Bióloga (QFB), y me llamaba la atención lo que nos contaba que ella hacía en sus clases. Realicé examen para entrar a la UNAM, y mi primera opción fue Biología en la Facultad de Estudios Superiores Iztacala  y me quedé, además que creo que hemos ido ganando terreno los biólogos, porque cuando yo estudiaba Biología, incluso creo que era una carrera que no tenía demanda.  Agradezco el apoyo que mis papás siempre me dieron, me dijeron siempre que estudiara lo que yo quisiera, pero que continuará estudiando, creo que fui muy afortunada.

Tuve profesores que me hicieron confirmar que la Biología era lo que me gustaba, lo que quería estudiar y lo que quería hacer el resto de mi vida. De esos profesores, fue el maestro Biól. Enrique González que influyó mucho para que me gustara como mucho la fisiología, cómo funcionan las cosas, me gustaban sus clases porque él siempre buscaba que comprendiéramos y recordáramos sobre el tema, no que los memorizamos de manera sistemática. 

También la Mtra. María Eugenia Garín y su esposo, del cual ya no recuerdo su nombre, nos enseñaron  la manera también de cómo los profesores pueden ayudar a los chicos a descubrir ciertos talentos, ellos como que te ayudaban a buscar, este… pues tus afinidades. Y también, el Biól. José Luis Gama, el cual me ayudó mucho. Creo que son de los que ahorita más recuerdo que nos fueron enseñando otras maneras de ver la Biología.

Yo llegué en 2013 al Jardín Botánico del Instituto de Biología de la UNAM, pero antes de estar aquí ya había estado en otros Jardines Botánicos como el Jardín Botánico Fundación Xochitla, el de Tepoztlán, Edo. De México, y el Jardín Botánico de Culiacán, Sinaloa. Llegué aquí, a este jardín porque me cambié de residencia y quería un lugar donde pudiera continuar con los proyectos que había comenzado en los otros jardines. Y entré por un proyecto de Educación Ambiental, en el Área de Difusión y Educación con la Biól. Linda Balcázar y el Dr. Javier Caballero, y así poco a poco me fui involucrando en las actividades del jardín hasta que en el 2015, el Dr. Javier Caballero me propuso que había posibilidad de que mi curriculum ingresara  para una convocatoria para poder ser técnico responsable de la Colección de Plantas Acuáticas, y así fue como ingresé, esa es mi labor y la disfruto mucho.

Me gusta que el Jardín Botánico, y en parte la Colección de Plantas Acuáticas es un libro abierto como para descubrir más cosas; me gusta la posibilidad de experimentar con las plantas acuáticas mexicanas, que todavía no se conocen ciertos detalles de ellas, me gusta mucho mi trabajo, también me permite recibir estudiantes, y poderlos apoyar, ser su asesora de sus estancias cortas, su servicio social o su tesis.

Tengo tiempos libres, no vivo en un laboratorio, me gusta hacer ejercicio, me gusta la fotografía, aunque soy aficionada, no me sé todas las reglas que implica, tomo lo que a mí me gusta; me gusta leer, mi libro favorito fue un regalo de un amigo que se llama Luis que conocí en un curso, un libro que se llama “El Cazador de Microbios”, es un libro ya viejito, y me gusta, y es muy importante para mí, porque él ya falleció y es como tener una parte de él, y era lo que él buscaba hacer al darme ese libro.

Así soy yo, esta soy yo, y me gusta como soy. Solo quiero decir que creo que necesitamos que mmm… como que reconozcamos el valor de la educación, debe de haber como mayor apoyo a ese sector y lo digo en el sentido amplio porque es dramático ver cómo en algunas comunidades no hay medios ni de apoyo a las escuelas, ni a los maestros, entonces hay como contrastes. Desde una comunidad pequeña donde a lo mejor apenas y hay un maestro multigrado, como hay escuelas súper capacitadas en el sentido de que tienen pizarrones electrónicos, computadoras y la la la… Yo creo que hay un gran abismo en este sector.

Y a los jóvenes que están leyendo esto, simplemente no se desanimen, hay muchas cosas que hacer como biólogos, no todo es Biología Marina, como muchas veces hay esa percepción en la sociedad; aprovechen el tiempo de los jóvenes, sí un estudiante nada más se dedica a estudiar y tiene esa posibilidad que lo aproveche al máximo.

También aprovechen la universidad en la que están, no sólo la UNAM. Tú que tienes la posibilidad de estudiar hazlo, y los invito a que puedan conocer la ciencia, de tal manera que no se espanten, la ciencia no es un monstruo así con cuatro ojos. Realmente, creo en el poder de la juventud, de poder hacer muchos cambios, y de poder ser cada vez más analíticos, más críticos, pero también propositivos.

---
*Esta narración se realizó con base en la entrevista realizada a la Biól. Sandra Nayeli González Mateos, el día 23 de agosto de 2019 por Paola Yised Torres Arroyo. Coordinadora y editora: M. en D. Salma Gómez Ibarra.